PALABRAS DEL ING. ELIAS VALLE PACHECHO,
PREMIO AGAPITO GONZÁLEZ HERNÁNDEZ 2016.


Buenos días Lic. Rogelio Jerónimo Pérez, en representación del Lic. Gerardo Gaudiano Rovirosa, presidente municipal de Villahermosa. Buenos Días a todos los distinguidos miembros del presídium. Buenos días, señoras y señores, participantes del vigésimo segundo congreso latinoamericano de calidad y XLIV Congreso Nacional de Control de Calidad. Agradezco enormemente a la Fundación Agapito González Para el Fomento a la Calidad y al Ing. José Francisco González Prado, presidente y director general del Instituto Mexicano de Control de Calidad, el haberme considerado para recibir la importante distinción: PREMIO AGAPITO GONZÁLEZ PARA EL FOMENTO A LA CALIDAD. Es un honor estar ante ustedes y participar con tan distinguidos miembros de esta comunidad, en tan importante evento, que tiene como objetivo difundir experiencias y conocimientos para estimular la inversión en calidad, tomando en consideración, la incertidumbre que vive América Latina en sus mercados monetarios, de productos y servicios, lo que dificulta enormemente su crecimiento económico y el bienestar de su población La única opción viable en estas condiciones, es estimular la calidad en productos y procesos, así como en políticas públicas que tiendan a estimular altas tasas de desarrollo, para que en el mediano y largo plazo produzcan beneficios para la sociedad. Permítanme expresarles que siento un gran orgullo de recibir esta distinción, pero debo compartirles que este reconocimiento es en realidad para un grupo de profesionistas, funcionarios de educación pública, ciudadanos y distinguidos profesores, que me acompañaron y que hicieron posible la Fundación del Instituto Tecnológico Superior de Puruándiro. Este, el Tecnológico, es una institución que se distingue en el país por su compromiso con la calidad, es un proyecto único que respeta el medio ambiente, que es autosustentable, que demanda orientarse en sus sistemas de gestión y de enseñanza por estrictos procesos debidamente normados y fundamentados en la calidad. Hoy el Tecnológico se encuentra debidamente certificado en la ISO 9000 y en la ISO 14000. Lo que compromete a su personal, a la institución y a las autoridades educativas a orientarse por la institución de la calidad. Permítanme decirles que al hablar de calidad, la historia que mejor conozco, con una buena aproximación es la mía. Muy lejos de los actuales conceptos de 6 Sigma o de manufactura esbelta, el aprendizaje personal dista mucho de establecer parámetros críticos de control o las gráficas apropiadas para llevar un control estadístico de procesos. Fueron primero los conceptos de honestidad, respeto, confianza, trabajo responsable para buscar el bien de todos, integridad y esfuerzo, de esa generación vengo, de los que reconocimos que era necesario dar lo mejor de nosotros para tener los mejores resultados. Algunos de esta generación, tuvimos que generar nuestros propios alicientes, convirtiéndolos en objetivos de vida, hasta lograr convertirlos en valores que nos transformaran en seres impulsores de la calidad. Así nace el sueño convertido en realidad de fundar el Instituto Tecnológico Superior de Puruándiro, en una región de Michoacán, abandonada por la burocracia gubernamental, con pobreza extrema y donde sus jóvenes tenían como destino la emigración, o integrarse a la pobreza y la delincuencia. El sueño de dar a los jóvenes de esta generación, un espacio local para desarrollarse y ser un elemento de cambio, permitió que profesionistas del IPN, la sociedad civil, indígenas y ejidatarios, aportaramos proyecto y recursos materiales para iniciar lo que hoy es el ITESP, que ofrece cinco carreras profesionales a los pobladores jóvenes de la región y que por primera vez podemos ver una luz brillante en el futuro de la población de la región, al lograr que los jóvenes se preparen en una institución de excelencia, comprometida con la calidad y apoyada por su sociedad civil y los profesionistas que habiéndose formado con mil sacrificios, hicieron un ejercicio profesional brillante y organizados, decidieron que ya era tiempo de llevar el conocimiento para lograr bienestar a tan sufrida población. Esta historia digna de ser contada, hace la diferencia, necesitamos difundir esta exigencia a la sociedad entera de nuestros países para que la sociedad civil tome su papel responsable y organizándose, se complemente con las organizaciones gubernamentales para llevar el conocimiento a todos los rincones del país, pues sólo así lograremos el desarrollo y bienestar que merecen los pueblos latinoamericanos. Nuevamente mi agradecimiento a la Fundación por el Premio Agapito González H. para el Fomento a la Calidad, que me ha sido otorgado y a toda esta distinguida audiencia. Gracias.