PREMIO VILMA LUZ GARCÍA GONZÁLEZ - 2025
GANADORA 2025 - Dra. Magda Ordoñez Martinez
PALABRAS DE ACEPTACIÓN DEL PREMIO VILAMA LUZ GARCÍA GONZÁLEZ
DRA. MAGDA ORDÓÑEZ MARTÍNEZ
INSPECTORA DE SECUNDARIA GENERAL

Hoy me encuentro profundamente honrada de recibir el Premio Vilma Luz García González, un reconocimiento que trasciende lo personal y que interpreto como un homenaje al esfuerzo colectivo, al trabajo en equipo y al poder transformador de la educación.
Un agradecimiento muy especial al Ing. José Francisco González Prado, presidente del Instituto Mexicano de Control de Calidad y a la Dra. Cecilia María Gonzalez Prado García, presidenta de la Fundación Agapito González para el Fomento de la Calidad. Su liderazgo y visión han sido fundamentales para impulsar espacios que reconocen el esfuerzo y el compromiso con la mejora continua. Gracias, ingeniero, por mantener vivo este legado que inspira a tantas personas e instituciones a trabajar con pasión, responsabilidad y excelencia. Mi agradecimiento también al comité evaluador y a todos los distinguidos miembros de la Fundación.
Este galardón lleva el nombre de una mujer ejemplar, cuyo legado inspira a todos los que creemos que la calidad es más que un estándar: es un compromiso diario con la mejora continua, con la innovación y, sobre todo, con las personas. Por ello, acepto este premio con humildad, pero también con una enorme responsabilidad.
Los pondré en un poco de contexto: a lo largo de 33 años de servicio en la educación, he tenido la oportunidad de desempeñar diversos roles: maestra en primaria y secundaria, asesora de docentes, directora de escuela secundaria, recientemente, inspectora de secundaria general y en los últimos años un cargo de responsabilidad profesional, que me llena de satisfacción y orgullo: Colaboradora Académica de la Secundaria No. 11 Dr. Jaime Torres Bodet, Premio Nacional de Calidad 2024 y Premio Mundial de Calidad 2025, dirigida extraordinariamente por el Dr. Carlos Alberto Orozco Márquez y su equipo de trabajo, Carlos ha sido mi colega durante todo mi trayecto profesional, y en los tiempos libres somos esposos y junto a nuestros dos hijos, la Ing. Carol e Ing. Marcel Orozco Ordóñez, compartimos un proyecto de familia.
Cada etapa ha representado un reto y, al mismo tiempo, una oportunidad de aprender y de crecer. Pero, sobre todo, ha sido una oportunidad de demostrar que cuando se trabaja con pasión, los logros no solo se ven en los resultados académicos, sino en la vida de cada estudiante y en el bienestar de la comunidad escolar.
Quiero compartirles que mi labor en la Secundaria Francisco Pruneda Alanís, en turno vespertino, y en la Secundaria Jaime Torres Bodet como coordinadora académica, ha sido una experiencia enriquecedora que me ha permitido unir, a través de la Calidad, 2 mundos distintos, pero complementarios. En una, los grandes desafíos se transforman en oportunidades de responsabilidad social, inclusión y convivencia escolar; en la otra, la consolidación académica ha permitido alcanzar logros a nivel nacional e internacional. Ambas experiencias, al entrelazarse, muestran que la mejora continua no es un discurso, sino una práctica viva, una mentalidad que fortalece instituciones y personas. Lo más relevante es comprender que nuestras decisiones impactan en la comunidad, de ahí se deriva la necesidad de renovar el espíritu de la calidad como compromiso común.
Este reconocimiento no sería posible sin quienes han caminado a mi lado:
Mis alumnos, con su energía, mis compañeros docentes y directivos, que han confiado en mi liderazgo y con quienes he aprendido el valor de la colaboración y del trabajo en equipo.
A mi familia, padres y hermanos que han sido mi motor, especialmente a mi esposo Carlos y mis hijos Carol y Marcel que son mi apoyo y mi refugio en cada etapa de esta trayectoria.
Y, por supuesto, al Instituto Mexicano de Control de Calidad y a la Fundación Agapito Gonzalez para el Fomento a la Calidad, que con este premio reafirma la importancia de reconocer a quienes buscamos transformar nuestras instituciones desde la convicción de que siempre se puede ser y hacer mejor.
Recibir este premio no significa un punto de llegada, sino un impulso para continuar. La calidad no es una meta alcanzada, es un camino que se recorre todos los días con disciplina, innovación y esperanza.
Hoy reafirmo mi compromiso de seguir trabajando por una educación de calidad, con calidez, equidad y sentido humano, convencida de que la verdadera transformación ocurre cuando logramos que nuestros estudiantes crean en sí mismos, construyan ciudadanía responsable y se conviertan en agentes de cambio en su comunidad.
Agradezco de corazón esta distinción y la comparto con todas las personas que han formado parte de mi historia.
Sigamos construyendo juntos una sociedad donde la mejora continua no sea solo un principio, sino una forma de vida.
Muchas gracias